viernes, 26 de junio de 2009

Dios es grande

El otro día por la noche salí con mi compañero de piso a tomar algo por ahí. Pasamos cerca de un grupo de gente que estaba cantando sentada en un corro. Entonaban una canción a coro. Mi compañero, que a estas alturas, y por el bien del blog, va a ser bautizado (muy a pesar de su madre) como Husseyn (pronúnciese Usán), me explicó que estaban cantando una Sura del Corán. El marabú se sentaba enfrente de ellos y les guiaba.

Me quedé impresionado no tanto por la fe de los senegaleses como por la belleza del canto. Por eso, cuando al de dos días se fue la luz y escuché distintivamente una melodía, fui a buscar su origen. Esta vez estaban más cerca de casa. En la calle no había más luz que la que daba la luna creciente. La melodía llegaba desde muy cerca y no tardé en encontrar su fuente. Un grupo de unas diez personas daban vueltas alrededor del marabú y cantaban siempre lo mismo sin interrupción. Me quedé un rato contemplándoles e intenté grabarles, pero estaba tan oscuro que sólo la canción ha quedado.

Al volver a casa le pregunté al novio de mi compañera de piso qué estaban diciendo. Me dijo que repetían una y otra vez “Dios es grande”.

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