jueves, 21 de mayo de 2009

Los Orígenes

Mi compañero de piso es francés. Pero por su tono de piel noté que su familia no siempre había vivido en Francia. Estábamos buscando el museo Thedore Shenger para ir a un cocktail de la embajada de España cuando le pregunté por este tema. Traduzco a continuación lo que me dijo. Lamento que mi francés no fuera suficientemente bueno para captarlo todo.

-En verdad mi padre viene de Senegal. Más concretamente de Casamance. Pero mi famila no siempre estuvo allí. Antes estuvieron en Dakar. Y antes en Tambacounda. Y aún mucho antes, el nicho más grande de mi tribu estaba en Mali. De allí se fueron desplazando al resto de África occidental.

Para no ser menos yo le comenté que la familia de mi padre venía de un pueblecito del País Vasco que lleva el nombre de mi apellido. De pronto nos paró un hombre viejo, fibroso y muy despierto

-¿Qué buscáis? Nos preguntó mirando como una centella a unos y otros ojos.

-El museo Theodore Shenger. Contesté yo tropezándome con las consonantes.

-¿No vais a venir a mi concierto? Ruido. Más ruido. Se pone frente a mi compañero de piso, se yergue, levanta el mentón y le pregunta, con un ligero gesto de la cabeza- ¿De dónde eres tú?.

-De Francia contesta él.

-¿Y antes? Repite el movimiento chulesco de cabeza. De vez en cuando me mira a mi.

-Mis padres vienen de Senegal. Responde mi compañero de piso. Ruido.

-¿Cuál es el nombre de Ruido?

-Albannaa.

-Los conozco.-echa la cabeza para atrás y vuelve a la carga. –Chico, tu tribu vino de Senegal Salsa (cuando los tiempos eran malos y los espíritus se apoderaron de las cosechas). Siempre habéis sido nómadas. Primero os asentasteis en Mali. Ruido.Después seguisteis vuestros rebaños hasta Tambacounda y finalmente os diseminasteis en Dakar. Ruido. Conozco a un Albannaa en Casamance. Se llama Houssein.

- Mi tío se llama Houssein. Mi padre me contó algo de lo que dices. Ruido.

-Dile a tu tío que has estado con Ismael. Ismael de los Fatiah. ¿Conoces a los Fatiah chico? Se acercó aún más y tuvo que levantar el mentón para poderle mirar a los ojos.

-No. Mi compañero de piso no caía en el nombre y temía que si se inventara algo este historiador se diera cuenta.

- Cuando vuelva dile a tu padre que te cuente la historia de los Fatiah. Él se acordará. Salsa y Ruido (Los Fatiah y los Albannaa siempre hemos sido aliados. Hace más de dos mil lunas, cuando ibais de camino a Tombocounda para vender el ganado, los Jolof os atacaron. Sólo los Fatiah os defendimos. Y por esta protección nos distéis más de la mitad de vuestras hijas. Hoy estamos en paz. ¿Bueno, venís al concierto?

-¿De qué?

-De percursión. Yo toco el tam tam. Ruido y ruido y más ruido. Toco todos los jueves a esta hora.

-Luego vamos. Ahora tenemos un cócktail. Le contestó mi compañero de piso con una sonrisa respetuosa.

Cuando se hubo marchado mi compañero de piso me hizo un resumen de lo ocurrido que pasó con bastante ruido. Después empezó a cantar.

-¿Tocas algún instrumento? Cantas bien. Le comenté.

- No. Pero sabes que aquí en África cada tribu se especializa en una cosa. Mi tribu siempre ha cantado para apaciguar a los espíritus.

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